"Va sentir como si le dieran una puñalada", -le dijo el médico encargado- cómo si mi hermano fuese una especie de gladiador y conociese como duelen las puñaladas. Pero sirvió para advertirle que le iba a doler muchísimo.
"A ver, recuéstese sobre su costado izquierdo", procedieron a retirale la bata hospitalaria de la zona a perforar y sí, le dolió a tal grado que empezó a ver


Fue necesario vaciar la caja receptora de líquido de la sonda y volver a colocarla para continuar con el drenado, los médico dieron las indicaciones necesarias para que en un tiempo que ahora no recuerdo, le cambiasen nuevamente.
Transcurrido ese tiempo, llegaron dos "médicos" a leer enfrente de mi hermano el instructivo de la sonda para ver como extraían el líquido que tenía y continuar con el drenado. El terror continuó cuando discernían entre sacar la sonda del tórax o desconectar la manguera de la caja. Finalmente desconectaron la manguera y "ajustaron" la velocidad de drenado de tal manera que a los pocos segundos de que se habían retirado, mi hermano con desesperados esfuerzos le comunicó a su esposa que se ahogaba y que fuera por un médico. ---Continuará ----
1 comentario:
Malditos doctores!!! siento como me asfixio al leer tu publicación. Espero que los entrenen y si no mínimo que les hagan lo mismo a ver si leen las instrucciones antes y no durante la intervensión.
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